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viernes, 26 de junio de 2009

Editorial El Nacional


El ALBA comunista Soldados cubanos
C uando la capacidad de asombro de los ciudadanos parecía agotada por las
repetidas torpezas del régimen chavista, este 24 de junio al Presidente de
la República no se le ocurrió otra cosa más patriótica que invitar a los
soldados cubanos a desfilar en el Campo de Carabobo. Poco faltó para que
montara a los militares cubanos en el tanque que transportaba al general
Alcalá Cordones en el momento de pedir permiso para dar inicio al desfile
militar.

A la gran mayoría de los venezolanos se nos subió la sangre a la cara, roja
de la vergüenza, al darnos cuenta de la manera vasalla como se comportaba el
comandante ante una tropa extranjera, precisamente en el Campo de Carabobo,
donde se recuerda la consolidación de nuestra Independencia. Incluso, para
que no quedara duda, el mandatario nacional pegó el mismo grito cubano de
¡Patria, socialismo o muerte! ¿Qué clase de patriotismo chavista en ese?
¿Acaso en el pasado los soldados estadounidenses se paseaban por aquí como
hormigas, inmiscuyéndose en todas las actividades de la vida de los
venezolanos? Jamás las antiguas fuerzas armadas hubieran permitido que las
cuestiones fundamentales de la seguridad de la nación estuvieran en manos
gringas, europeas o de otro país latinoamericano, como sí se le permite
ahora a los técnicos y militares cubanos.

Porque una cosa es tener relaciones de amistad, económicas o diplomáticas
con Cuba, y otra cosa muy distinta es entregar aspectos fundamentales de la
vida del país a gente que viene del exterior con la intención de hacerle
daño y, eventualmente, agredir a los venezolanos que desean vivir en
democracia y no bajo la sombra enferma y moribunda del comunismo caribeño.

Los venezolanos saben, sean civiles o militares, que no hay nada malo en
recibir la cooperación de otras naciones, pero siempre y cuando esa ayuda no
implique la entrega y el control de sectores básicos de la vida del país.
Cuando se nacionalizó la industria petrolera, en época de Carlos Andrés
Pérez, se sacó a los extranjeros de los sitios fundamentales en la toma de
decisiones porque los venezolanos podíamos manejar ese complejo mundo
petrolero mejor que nadie.

¿Pero qué sucede ahora para vergüenza y estupor de los venezolanos? Pues que
hasta los indispensables servicios de identificació

n, es decir, sacar una
cédula o un pasaporte, están en manos de los cubanos. Igual sucede con los
registros y notarías y el sistema de salud, desde una medicatura rural hasta
los módulos de atención en barrios y urbanizaciones.

Por si fuera poco, ahora le están metiendo mano al sistema de educación
escolar, media y universitaria para formar a los jóvenes en el comunismo del
siglo XXI. Y como si esto no fuera suficientemente grave, el comandante le
ha entregado supuestamente a los cubanos las llaves de Cavim, y ahora pasa
por ellos, según dicen, cualquier permiso de entrega de municiones y
explosivos a la FAN. Rogamos para que no sea así, porque a la patria no se
le puede traicionar de esa manera.

1 comentario:

  1. Hola Francisco. Pasa por aquí. http://libertadpreciadotesoro.blogspot.com/2009/06/premio-recibido-gracias-arcangel-lo.html Saludos.

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