Editorial El Nacional

El silencio de Fuerte Tiuna

El soldado suelto

E ntre balas frías que hieren a una joven deportista en el estadio de Fuerte Tiuna (¿Fort Tiuna?) y obligan a suspender un torneo internacional en esas instalaciones militares, y una vendetta acompañada por ráfagas de un modernísimo fusil Kalashnikov 103, de los recién comprados a Rusia, que dejó la lamentable y dolorosa muerte de dos oficiales de la Fuerza Armada, ya los caraqueños no sabemos dónde meternos para evitar que la violencia acabe con nuestras vidas.

A las ya de por sí puñaladas traperas de la inflación, el desempleo y los ataques de las bandas paracomunistas que se enfurecieron con la presencia de María Corina Machado en un simulacro de votación organizado por las cuatro bichitas del CNE, ahora debemos incorporar a nuestras angustias a un soldado loco y enfurecido (¡Ojo! No estamos diciendo comandante) que se mueve por el país con ansias de violenta revancha contra sus jefes militares de Fuerte Tiuna, contra el obsoleto reglamento de disciplina que impera en la FAN y contra cualquier ciudadano que se le oponga (como es lógico en estos casos extremos) a sus pretextos y deseos inmediatos en su huída.

Los ciudadanos estamos en ascuas por este peligro andante que recorre las calles de Caracas o del interior. Es un muchacho de los tantos que llegaron a la FAN con ansias de realizar una vida, de salir de la pobreza y de agenciarse una manera de construir un futuro. Nos preocupa, como país, que desde el Gobierno se le oculte sistemáticamente a la opinión pública este hecho tan grave.

¿Por qué la FAN tiene esa capacidad de censurar hechos y sucesos que en nada comprometen la seguridad de la nación o de los militares, pero sí de los ciudadanos de a pie? ¿Cómo es que se toman con aires de gigantes esa prelación castrense obviando cínicamente la inseguridad civil? ¿Cuántos miles de venezolanos hay en armas y cuántos somos los millones de civiles que necesitamos que se nos hable claro y con conciencia sobre cómo estamos expuestos a la inseguridad? A los caraqueños y, desde luego, a los habitantes de las provincias les preocupa que un ofendido soldado de Fuerte Tiuna deambule por allí provisto de armas y decidido a cobrar venganza contra sus superiores. También les preocupa que la FAN no haya hablado con la prensa ni provisto a los medios de comunicación fotografías y documentos que permitan un mínimo de protección. Sólo piensan en ellos y no en la gente. Qué maravillosa es esa fuerza bolivariana que deja a los civiles a la suerte y destino de encontrarse fatalmente con uno de sus tantos "hijos díscolos".

Pero lo peor está en el silencio que ha caído sobre ese muchacho: nadie sabe quién es, realmente, ni si mató en verdad a uno de los oficiales porque las pruebas balísticas parecen demostrar lo contrario en uno de los casos. Sea lo que fuere, lo importante es que se le aprese con vida, para que hable, y no sólo que presenten su cadáver silencioso.