La líder democrática María Corina Machado envió este sábado un nuevo mensaje a la familia militar y policial venezolana, a la que llamó a cuestionar la crisis institucional y a hacer lo correcto con miras al 10 de enero, día en el que Edmundo González Urrutia, presidente electo de Venezuela, intentará tomar posesión de su cargo en lugar de Nicolás Maduro.
“Ciudadano militar, ciudadano policía, este mensaje es para ti. Ha llegado la hora de la definición y de derribar el último obstáculo que nos separa de la Libertad. Venezuela confía en ti. Yo confío en la reserva moral de nuestros hombres de honor y de armas. Nos vemos pronto en las calles de Venezuela”, comentó Machado en su publicación en redes sociales, donde adjunto un audio grabado desde la clandestinidad.
A continuación, el mensaje íntegro:
“Queridos venezolanos, ya finalizando este año de tantos dolores y también de logros extraordinarios, quiero dirigirme nuevamente a la gran familia militar y policial de nuestra amada Venezuela y quiero ser muy clara y directa porque así lo requieren los tiempos que vivimos.
A ti, ciudadano militar, ciudadano policía, la patria te ha conferido el deber, el honor y el privilegio de portar las armas y las insignias de la nación y lo ha hecho con el propósito sagrado y exclusivo de defender la seguridad de nuestra gente, la integridad de nuestro territorio y la plena vigencia de nuestro orden constitucional y democrático. Esta tarea que te ha sido encomendada solo tiene sentido si cumple con el mandato popular y soberano expresado en las urnas electorales y si actúas en estricto apego a los términos establecidos en nuestra Constitución.
Por eso hoy quiero apelar a tu conciencia para que te preguntes si verdaderamente las armas que te ha conferido la patria las estás usando para los deberes sagrados de prevención y protección de nuestra nación. Pregúntate si quienes dirigen tu componente te ordenan usar esas armas para la custodia de nuestro territorio o si más bien te obligan a ignorar a todos esos agentes irregulares extranjeros que mancillan y explotan nuestra tierra. ¿Acaso quienes deberían ordenarte el resguardo de nuestro territorio no son quienes durante más de 20 años han demostrado su irresponsabilidad para defender el Esequibo, el cual hoy seriamente está comprometido por la ineptitud de esta tiranía en los tribunales internacionales?
Examina la organización a la que perteneces. ¿Te sientes orgulloso de su situación actual? Piensa qué le depara su rumbo actual y si tú quieres ser parte de eso o si por el contrario sientes que eres parte del cambio hacia un destino luminoso y decente. Pregúntate también si esas armas que te ha conferido la Constitución en vez de ser usadas para defender al pueblo venezolano no están siendo usadas más bien para someterlo y masacrarlo. Revisa en la intimidad de tu conciencia si tus superiores no te están pidiendo a ti, precisamente a ti, que seas ese soldado a quien (Simón) Bolívar maldijo por usar las armas contra su propio pueblo.
Por último, pregúntate si esas armas cuyo uso exclusivo te confiere la nación están hoy verdaderamente al servicio de la voluntad soberana de los venezolanos de su Constitución y de sus leyes o si sólo sirven a un cogollo de corruptos y criminales para darse la gran vida mientras nuestro país se desangra sin parar. Tú mejor que nadie sabes que esa voluntad popular y soberana de los venezolanos quedó claramente expresada el pasado 28 de julio. Ese día nuestro pueblo expresó con rotundidad su voluntad de cambio.
Pregúntate entonces si el silencio no te hace cómplice de la tiranía actual, si la obediencia indebida no te pone al servicio de un puñado de criminales y si tu inacción en estos momentos no te convierte en el victimario de tus propios hermanos venezolanos. Observa esto, ellos utilizan a quienes les sirven y cuando no son útiles los persiguen, los apresan, los torturan y en algunos casos los asesinan.
Ciudadano militar, ciudadano policía, el pueblo de Venezuela está unido en un solo clamor y ha hablado con claridad. Ha llegado la hora de la definición y ya todos sabemos que cada quien en su fuero interno ha tomado la decisión correcta y sólo espera la resolución colectiva para actuar. El tiempo de derribar el último obstáculo que nos separa de la libertad ha llegado. Yo confío en ti, confío en la reserva moral de nuestros hombres de honor y de armas y confío en que estás a un solo paso de hacer lo correcto, lo que Dios y la patria te demandan. Nos vemos pronto en las calles de Venezuela. Que Dios te bendiga”.
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