La rivalidad entre continuismo y cambio define un tenso escenario electoral, donde dominan las preocupaciones económicas y de seguridad, de acuerdo al estudio realizado por la consultora Trespuntozero
Ecuador se prepara para elegir a su próximo jefe de Estado el 9 de febrero, en un contexto marcado por una fuerte polarización política y profundas preocupaciones sociales. Según una reciente encuesta de la consultora Trespuntozero, la candidata opositora Luisa González, del partido correísta Revolución Ciudadana, mantiene una ventaja de ocho puntos porcentuales sobre el actual mandatario Daniel Noboa, del movimiento Acción Democrática Nacional.
La encuesta, elaborada por la investigadora argentina Shila Vilker y complementada con datos del informe nacional, destaca que el binomio Luisa González - Diego Borja encabeza las intenciones de voto en la primera vuelta con un 48%, mientras que Noboa y su compañera de fórmula, María José Pinto, alcanzan el 40%. Estas dos fuerzas concentran el 88% del electorado, reflejando la fuerte competencia entre continuismo y cambio.
El estudio, realizado entre el 10 y el 14 de enero de 2025 a nivel nacional, identifica un país dividido entre quienes desean un cambio de gobierno (48%) y quienes prefieren la continuidad de Noboa (41%). Sin embargo, dentro del grupo favorable al actual mandatario, un 20% demanda mejoras en la gestión.
El rechazo hacia los principales candidatos también ofrece un panorama revelador. Mientras que un 41% afirma que nunca votaría por González, candidata del partido liderado por el ex presidente Rafael Correa (2007-2017), el rechazo hacia Noboa es mayor, alcanzando un 53%. Este factor podría ser determinante en un eventual escenario de segunda vuelta, donde la opositora lidera con un 51% frente al 43% del presidente en funciones.
Vilker explicó en un reportaje que las principales inquietudes de los ecuatorianos son la economía y la violencia. Estos temas emergen como los ejes centrales de las campañas, dado su impacto directo en la vida cotidiana de la población. La percepción generalizada de inseguridad y la falta de empleo están moldeando las expectativas de cambio entre los votantes.
Un dato clave del diagnóstico es el nivel de decisión de los electores: el 92,5% asegura estar muy o bastante decidido sobre su voto, mientras que el 7,5 % aún se declara indeciso. Este último grupo podría inclinar la balanza, ya que, según Vilker, los indecisos suelen definirse en la última semana previa a los comicios.
Por otro lado, el análisis destaca la estabilidad en el favoritismo hacia los dos principales contendientes. La evolución de las encuestas entre febrero de 2024 y enero de 2025 muestra que tanto González como Noboa han consolidado sus bases electorales, mientras que las candidaturas alternativas no han logrado captar un apoyo significativo.
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