El Psuv volvió a organizar el pasado jueves su acostumbrada marcha para conmemorar la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jimenez el 23 de enero de 1958.
Como era de esperar, fue un rotundo fracaso, otra evidencia de que el chavismo perdió por completo su capacidad de convocatoria.
Los caraqueños publicaron en redes sociales videos grabados desde sus apartamentos en el centro de la capital. En las imágenes no se llega a contabilizar más de cincuenta personas, incapaces de justificar el cierre de las principales avenidas de la ciudad.
Ni siquiera el uso impune de los recursos públicos permite al Psuv maquillar su debacle política. No hay autobuses, dádivas o amenazas que escondan el generalizado rechazo a Nicolás Maduro y su séquito en el palacio de Miraflores.
Aun así, necios como Diosdado Cabello le sonría a la cámara con una toma cerrada y desde un ángulo oportuno.
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