En un discurso cargado de amenazas y retórica beligerante, Nicolás Maduro respondió este jueves 23 de enero, a las crecientes denuncias sobre su continuidad ilegítima en el poder, después de juramentarse como presidente el pasado 10 de enero, a pesar de no haber sido el ganador real de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024.
“Ellos creen que estamos jugando, no estamos jugando. Nos estamos preparando permanentemente para la lucha armada en defensa de la democracia, de la paz, de la institucionalidad, de la estabilidad y del derecho al futuro de Venezuela”, declaró Maduro en tono desafiante desde el Palacio de Miraflores, frente a un grupo de altos funcionarios del gobierno y dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv).
Estas declaraciones surgen en un contexto de profunda crisis política, luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) fuera acusado de manipular los resultados de los comicios presidenciales.
Según datos recolectados por testigos de mesa opositores, Edmundo González habría ganado las elecciones con más de siete millones de votos, superando ampliamente los tres millones obtenidos por Maduro. Estos datos, derivados del 85% de las actas electorales recuperadas, han sido presentados como evidencia del fraude electoral.
El discurso de Maduro ha sido interpretado como una advertencia directa tanto a sus detractores nacionales como a los gobiernos internacionales, que han repudiado su ilegítima permanencia en el poder.
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