A comienzos de 2022, un funcionario de la Policía de Investigaciones de Chile, conocido como el agente D1 para proteger su identidad, recibió una peligrosa misión: infiltrarse en el Tren de Aragua. Su objetivo era desentrañar el «Estado paralelo» que esta banda transnacional había establecido en Arica, una ciudad fronteriza chilena, según descubrimientos oficiales.
En su investigación, el agente D1 descubrió un sistema de normas, leyes y tributos impuesto por la banda para controlar a los habitantes de Arica. Aquellos que se negaban a obedecer eran llevados a «casas de torturas» en el Cerro Chuño, donde eran castigados por Los Gallegos, el brazo operativo del Tren de Aragua en la frontera norte de Chile. Esta historia fue revelada por el medio BioBioChile en un reportaje que detalla la operación encubierta contra la banda.
Recientemente, el gobierno de Chile denunció que la organización criminal es utilizada por el Gobierno venezolano para atacar a opositores fuera de Venezuela, citando el secuestro y asesinato del teniente Ronald Ojeda en Santiago de Chile en febrero de 2024.
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Miembro del Tren de Aragua exigía altas sumas de dinero a comerciantes en Cúcuta. Foto Policía Nacional de Cúcuta
El sistema de extorsiones millonarias del Tren de Aragua
En septiembre de 2023, unos 11.000 militares y policías allanaron el Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón. Allí encontraron piscinas, un estadio de béisbol, un zoológico, locales de venta de alcohol y drogas, y restaurantes. También descubrieron túneles secretos que permitían a los presos salir y entrar de la cárcel sin restricciones. A través de estos túneles se habría escapado Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero», líder del Tren de Aragua.
Este sistema de lujos era posible gracias a un sistema de extorsión perfeccionado a lo largo de los años. Inicialmente, la banda operaba extorsionando a los presos dentro de la cárcel, cobrando hasta 15 dólares semanales a cada uno.
Pero, con el tiempo, el Tren de Aragua logró expandir sus actividades al exterior. Las primeras víctimas de ello fueron los comerciantes de las zonas aledañas a la prisión, quienes también se vieron obligados a pagar comisiones a la banda para no ser amenazados.
Un ejemplo de esto ocurrió en 2019, cuando miembros del Tren de Aragua quemaron la planta de Galletas Puig en la Zona Industrial de Las Tejerías, luego de que la empresa se negara a pagar extorsión.
Los registros sugieren que la banda se fundó en 2014, en un contexto donde los líderes delincuentes, conocidos como «pranes», controlaban las prisiones para obtener beneficios económicos. Los fundadores del Tren de Aragua coincidieron en Tocorón y fueron Héctor Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero»; Yohan José Romero, alias «Johan Petrica»; Giovanny San Vicente, alias «Giovanny»; y Larry Amaury Álvarez Núñez, conocido como «Larry Changa».
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Larry Amaury Álvarez Núñez, alias Larry Changa, tras ser detenido en Colombia. Es uno de los tres fundadores de la banda criminal venezolana Tren de Aragua. Foto: EFE
Expansión internacional del Tren de Aragua
A diferencia de otras bandas criminales, el Tren de Aragua nació dentro de una prisión y utilizó este entorno como base de operaciones. Desde allí, los «pranes» impusieron un régimen de terror y consolidaron un modelo de negocios basado en la extorsión, el secuestro y el narcotráfico. Con el tiempo, la banda logró expandirse por todo el país.
Pero entonces, la crisis económica venezolana también afectó a la banda y los forzó a reenfocar sus actividades ilícitas. Esa es una de las razones que explica Rísquez en su libro “El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”.
La crisis económica venezolana obligó a la banda a reenfocar sus actividades ilícitas. La migración masiva de venezolanos abrió nuevas oportunidades para la banda, tanto para que sus miembros salieran del país como para encontrar nuevas rentas ilícitas en las zonas fronterizas.
En el libro, Rísquez detalla que la banda se extendió a las fronteras venezolanas, estableciéndose en el estado Bolívar, limítrofe con Brasil; entre el estado Táchira y Colombia; e incluso en las costas que le abrían camino a Aruba, Curazao y Trinidad y Tobago. Lograron controlar la zona de Las Claritas, uno de los yacimientos de oro más importantes del mundo.
Si bien las extorsiones continúan siendo una parte importante de sus finanzas ilegales, ampliaron su margen a actividades relacionadas con el narcotráfico y la minería ilegal.
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