A menos de una semana de dejar el Palacio Santos en las manos de Mario Lubetkin, el canciller Omar Paganini refirió a la situación política en Venezuela, y afirmó que Nicolás Maduro ha demostrado que no tiene voluntad de diálogo.

En entrevista con El País de Uruguay, afirmó que la inestabilidad política que vive Venezuela, impacta a todo el continente: es un problema de democracia y seguridad.

«Pero sobre todo nos preocupa porque el pueblo venezolano tiene una tradición democrática muy fuerte, y que en su momento nos ayudó cuando Uruguay estaba en dictadura, y muchas veces no se recuerda eso».

-¿Por qué hubo tanto énfasis de Uruguay en el seguimiento de los acontecimientos políticos en Venezuela? Desde el Frente Amplio se ha remarcado ese aspecto y cuestionado que no se criticaran los mismos problemas en otros países, como por ejemplo China y su régimen político.

-A ver, varias cosas. Primero, con Venezuela nos ata la Carta Democrática Interamericana, los acuerdos del Mercosur, donde ambos países y todos los participantes nos comprometimos a defender la democracia y a mantener la tutela entre nosotros para que los regímenes sean democráticos. No es así con otros países que, además, nunca tuvieron democracias, y nosotros también entendemos que estratégicamente la democracia es algo muy importante en la región.

Segundo: en la medida en que uno tiene democracia, tiene reglas legales funcionando, tiene estabilidad y nuestras poblaciones viven mejor y además atrae inversión, nos distingue de otras regiones del mundo y nos permite además conversar con regiones con las que compartimos estos valores, como puede ser Europa.

En tercer lugar: la inestabilidad política que sucede en Venezuela impacta a todo el continente; o sea, no solo es un problema de democracia, también es un problema de seguridad continental: se han expulsado ocho millones de personas a la región, con todo lo que implica el desplazamiento de esa cantidad de gente. Pero sobre todo nos preocupa porque el pueblo venezolano tiene una tradición democrática muy fuerte, y que en su momento nos ayudó cuando Uruguay estaba en dictadura, y muchas veces no se recuerda eso.

-Cree que el gobierno que viene puede tener en cambio gestos de acercamiento con Venezuela, sobre todo a partir de algunos pronunciamientos públicos, por ejemplo el del designado ministro de Trabajo, Juan Castillo, que considera que es legítima la presidencia de Nicolás Maduro?

-La verdad que no entiendo cómo Castillo ha dicho eso, creo que no hay nadie que diga eso ya en el mundo, salvo los regímenes iguales a Venezuela, como Cuba o Nicaragua. No sé todavía que opina el nuevo canciller al respecto (N.d.r: Mario Lubetkin). Así que no me animo a adelantar posición sobre qué van a hacer ellos. Sí escuché algunas declaraciones del presidente electo diciendo que había que buscar un mecanismo de diálogo; me parece que cada gobierno tiene su libertad para hacer esto, pero francamente creo que si algo demostró el régimen es que no tiene voluntad de diálogo de ningún tipo. Y es más, nuestras cartas preguntando por el uruguayo desaparecido, sobre lo que tenemos todo el derecho del mundo a reclamar, no fueron ni siquiera respondidas.