
Ingrid García*, una venezolana oriunda del estado Anzoátegui, teme ser devuelta al país y ser víctima nuevamente de persecución, razón por la cual, asegura, hace casi tres años decidió emprender el viaje a Estados Unidos junto con su familia.
García salió de Venezuela en diciembre de 2022, huyendo de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro que, según cuenta, bajo amenaza, querían que ella y su esposo continuaran trabajando para el Estado.

Ingrid García salió de Anzoátegui con destino a Estados Unidos junto con su familia | Foto El Tigrense
Ingrid trabajó por mucho tiempo en la Alcaldía de Pedro María Freites, con la alcaldesa Evelyn Urdaneta De Barreto, opositora al gobierno chavista y militante del partido Acción Democrática. Sin embargo, en 2013, cuenta, cuando la opositora perdió las elecciones y asumió el cargo Daniel Haro Méndez, funcionario chavista, los obligaron a seguir trabajando porque no había personal calificado para sustituirlos.
“Cuando comenzamos a salirnos, ellos arremetieron contra nosotros. Mi esposo también trabajaba en el gobierno. Luego salí embarazada, no me dieron el tiempo que da la ley de reposo, y cuando regresé, tenía un nuevo puesto. Era asistente de la policía municipal. En ese entonces unos compañeros me encerraron en una oficina y me dijeron que para continuar tenía que acostarme con ellos. Eran dos, empecé a gritar, como pude me salí. Armé un escándalo porque me sentía secuestrada, y tenía dos meses de parida, esa fue la última vez que pisé ese lugar. Después me querían demandar. Decían que yo sabía mucha información, empezaron a buscarme. Después perseguían a mi esposo”, recuerda.
Ingrid y su esposo estuvieron mucho tiempo escondidos hasta que decidieron mudarse al estado Guárico, donde también los fueron a buscar y su esposo fue herido de bala en una persecución.
“Nos decían que teníamos que trabajar hasta que encontraran a alguien, pero nunca encontraban a nadie para el cargo. Tengo unos amigos que lamentablemente en esas persecuciones fallecieron. Cuando vi que eso era en serio, tuve miedo. Hubo muchas personas amenazadas, o les metían preso al familiar”.
Cuando trabajó en la dirección de la alcaldía, otro cargo al que la habían asignado, fue jefe de prácticamente de todas las áreas. Todo pasaba por sus manos y tenía que justificar cifras fantasmas. “Para maquillar esos informes tenía que hacerlo una persona que supiera y a uno prácticamente lo obligaban a hacerlo”, sostiene.
“Después me ponen de jefe a Daniel Haros, quien había ganado la alcaldía de 2013. Él no hacía nada. Cuando la gente solicitaba ayudas mandaba a botar todos los papeles; sin embargo, mandaba los presupuestos de lo que iba a cubrir y cuando los recursos llegaban, no entregaba nada. Ahorita gobierna una señora que se llama Dalinda Materan, que es peor. ¿Cómo uno vuelve? Si yo vuelvo, al entrar, estoy presa, porque ellos optaron por culpar a los que se fueron de todas las cosas malas que ellos hicieron. Yo estuve como dos años escondiéndome hasta que pude salir para Estados Unidos”, agrega.

Daniel Haros ganó la Alcaldía en 2013 | Foto: Facebook Alcaldía Bolivariana del Municipio Gral. Pedro María Freites
Ingrid emigró por tierra con su esposo y sus tres hijos, enfrentándose a los peligros de la selva del Darién, de las carreteras de los países que transitó, a la xenofobia y malos tratos de otros latinos y al riesgo de que sus hijos fueran secuestrados por los carteles en México. Llegó el 29 de abril de 2023 a la frontera de Estados Unidos, después de un mes y 20 días de camino.
“Nos entregamos y ahí duramos siete días mientras nos procesaban. Nos entregaron un papel y ya entramos a Estados Unidos. Eso es como una finca donde está el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Los militares, que son los que te reciben, te toman los datos, te tratan bien, toman la temperatura, dan remedios. Es como una cárcel con pabellones, te dan la comida. Muchos se quejaban de la comida, pero yo le daba gracias a Dios porque allí estaba segura. Uno de mis hijos llegó desnutrido y ellos me daban tetero, aparte de la comida, para que se lo diera”.
Extorsionados en Texas, Estados Unidos
En Katy, Texas, los esperaba un amigo de su esposo, un venezolano que forma parte de los enchufados en Venezuela, dice, quien los ayudaría a establecerse y les prestaría dinero.
“Era una persona que trabajaba con la oposición cuando ganaba y con el chavismo cuando ganaba. Él nos prestó el pasaje para que llegáramos a Katy, Texas, y para que pagáramos una semana en un hotel, mi primera deuda de 600 dólares”, recuerda.
“Yo enseguida me metí en las organizaciones de venezolanos en Facebook y de Instagram, mi esposo consiguió trabajo a los dos días de haber llegado. Empezó a trabajar con un hindú y cuando el amigo vio que ganaba 800 dólares semanales en efectivo, se quiso convertir en el administrador de su plata y esos 600 dólares pasaron a 7.000. Los intereses crecieron en una semana”, afirma.

Vivienda en Estados Unidos donde se instaló Ingrid García con su familia | Foto cortesía
Ingrid no tramitó el asilo apenas llegó porque su esposo se dejaba llevar por el amigo, quien no quería que tramitara ningún asunto migratorio para que siguieran dependiendo de él y así poder mantenerlos con una deuda interminable a causa de exagerados intereses.
“Una de las cosas por las que a lo mejor ese TPS lo eliminaron es porque hay muchos venezolanos que se aprovechan del mismo venezolano. Yo estoy segura de que los que empezaron a huir del gobierno de Venezuela fueron los mismos que eran oportunistas de los gobiernos allá. Ellos están aquí y en vez de ponerse a trabajar, están aprovechándose de venezolanos que no saben. Son personas que le dicen a la gente que no van a poder y que los capaces son ellos. Ellos quieren convertir a Estados Unidos en Venezuela. El tipo nos estafó más de 25.000 dólares que nosotros habíamos ahorrado”, señala.
Ingrid comenzó a trabajar como manicurista y no hizo los trámites para optar por el asilo. Sin embargo, sí tramitó el TPS para su esposo y sus hijos.

Ingrid trabajó como manicurista en Estados Unidos| Foto cortesía
“Yo quedé de última. Pero gracias a Dios a mi esposo se lo aprobaron rapidito. A uno de mis hijos se lo negaron por falta de evidencia, pero ya se volvió a meter la evidencia y estoy esperando. En mi caso, yo estoy en espera de la aprobación desde junio. También tengo cita con un abogado para ver en qué me puede ayudar porque yo vine aquí fue por la seguridad de mis hijos”, afirma.
Ingrid y su esposo, sin embargo, tramitarán el asilo porque su abogado sostiene que aún tienen oportunidad de gestionarlo. “Voy a meter el asilo de todos y tengo que llevarlo para la próxima audiencia que es el 7 de mayo, allí tengo que ir con el asilo recibido. Pero yo a Venezuela no vuelvo aunque haya un cambio de gobierno”.
¿Qué es el TPS y cuántos venezolanos lo tienen?
El TPS es un programa creado por el Congreso de Estados Unidos en 1990, el cual actualmente beneficia a ciudadanos de 17 países, entre ellos Venezuela, permitiéndoles permanecer en Estados Unidos debido a las condiciones de sus países de origen, que les impide regresar temporalmente de manera segura. El gobierno estadounidense, para poderlo otorgar, toma en cuenta conflictos armados en curso, desastres naturales, epidemias y otras condiciones extraordinarias y de carácter temporal.

El TPS se otorga a 17 países, entre ellos Venezuela | Foto El Sentinel South Florida
En el caso de Venezuela, el TPS fue aprobado por primera vez en 2021 por 18 meses debido a la crisis humanitaria y política que enfrenta el país. Esta medida fue prorrogada en 2022 y nuevamente en 2023 hasta marzo de 2024.
Este beneficio expirará el próximo 7 de abril y afectará exclusivamente a los 348.202 venezolanos que recibieron ese estatus en 2023.
En un documento, la secretaria de Seguridad nacional, Kristi Noem, determinó que es «contrario al interés nacional» que los venezolanos permanezcan temporalmente en Estados Unidos.
Esta decisión, agregó, no se aplica a los venezolanos que recibieron ese estatus en 2021, para quienes el TPS permanece vigente hasta el 10 de septiembre de este año.
Tonight, I’m announcing a nationwide and international multimillion-dollar ad campaign warning illegal aliens to leave our country NOW or face deportation with the inability to return to the US. This serves as a strong warning to criminal illegal aliens to not come to America. If… pic.twitter.com/VcVgJYfSKR
— Secretary Kristi Noem (@Sec_Noem) February 18, 2025
Y se estima que unos 600.000 venezolanos han recibido la protección del TPS.
¿Por qué Estados Unidos eliminó el TPS para venezolanos?
En el documento, el Departamento de Seguridad Nacional admite que algunas de las condiciones que existían en Venezuela pueden continuar; sin embargo, dice que «hay mejoras notables en varias áreas, como la economía, la salud pública y la delincuencia, que permiten que estos ciudadanos regresen de manera segura a su país de origen».
Incluso suponiendo que las condiciones relevantes en Venezuela sigan siendo tanto extraordinarias como temporales, agrega la orden, se requiere el fin de la protección porque es algo contrario al interés nacional, entendido como un estándar amplio que puede incluir la política exterior o la seguridad pública.
Por ejemplo, señala el documento, «el nexo potencial con la pertenencia a una banda criminal», o los efectos adversos sobre los trabajadores y su impacto sobre las comunidades estadounidenses.

Unos 600.000 venezolanos han recibido la protección del TPS | Foto referencial de Joe Raedle/Getty Images/AFP
El TPS «ha permitido que una importante población de extranjeros inadmisibles o ilegales sin posibilidad de obtener un estatus migratorio legal se establezca en el interior de Estados Unidos», argumenta la orden.
Entre esos ciudadanos venezolanos, sostiene el Departamento de Seguridad Nacional, se encuentran miembros del Tren de Aragua.
El gobierno de Trump, ya desde la campaña presidencial, ha vinculado la elevada migración venezolana con la criminalidad, en especial con la presencia del Tren de Aragua.
No obstante, las estadísticas no evidencian un incremento notable en los índices de criminalidad vinculados con la población venezolana.
*El nombre de la entrevistada fue cambiado por petición de anonimato
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